Los Presupuestos Generales de Estado esconden una presión fiscal mucho mayor de lo que se ha evidenciado hasta la fecha. El Gobierno ya ha dado a las autonomías la llave para ampliar la tributación sobre la vivienda y las rentas.
Por un lado, el Gobierno incrementará el IVA en dos puntos del tramo general (del 16% al 18%) y en otro punto adicional (del 7% al 8%) en el escalón que afecta a los alimentos elaborados, hostelería, ropa, calzado o vivienda –por citar algunos ejemplos-; endurecerá el IRPF a través de la retirada del cheque 400 euros; y castigará al ahorro con un tipo de hasta el 21% a las rentas del capital (ahora estaba en el 18% y hace tres años en el 15%).
Renta y vivienda, candidatas a más subidas
“La subida del IVA afecta a la vivienda nueva, cuyo impuesto por la adquisición del inmueble pasa del 7% al 8%, una reforma que abre la puerta por completo a la subida del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales desde el 7% hasta ese mismo tipo del 8%”, señala una fuente autonómica.
La razón es que el IVA sólo afecta a los pisos que se compran nuevos; los de segunda mano quedan gravados por otro tributo, cuya recaudación no acaba en las arcas centrales sino en las autonómicas, que es el Impuesto de Transmisiones P

Eso sí, la subida del ITP, que afecta a la compra de todo tipo de productos de segunda mano, es más que probable que no recaiga sólo sobre la vivienda, sino también sobre vehículos o cualquier otro elemento usado porque, en caso contrario, se estaría discriminando la venta de viviendas nuevas frente a las usadas¨.
Vamos que mientras el Gobierno regala viviendas sociales a ¨personas en situación en riesgo de exclusión social¨, el resto debe pagar su vivienda más estas, además de los palacetes de los políticos, así estamos.
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